LA LECTURA DE LA BIBLIA [+66]

LA LECTURA DE LA BIBLIA
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Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.” (2 Timoteo 3:15) “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios.

Después de la oración, la lectura de la Biblia es el deber cristiano más importante. 

La Biblia nos puede “hacer sabio para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús”. (2 Tim. 3:16) 

Leyéndola podemos aprender lo que debemos creer, lo que deberíamos ser y lo que deberíamos hacer. 

Podemos aprender cómo vivir con consuelo espiritual y como morir en paz espiritual. Es feliz el hombre que no sólo lee la Biblia, sino que la obedece y la hace su norma de fe y práctica. 

Déjeme darle ocho claras razones por las cuales todos los que se preocupan por su salvación deberían apreciar la Biblia, estudiarla cotidianamente y familiarizarse completamente con lo que ella dice.

¿Cómo influye la lectura de la Biblia?

No hay otro libro como la Biblia

No existe otro libro que haya sido escrito como la Biblia. La Biblia es completamente diferente de cualquier otro libro porque fue inspirada por Dios (2 Tim. 3:16) Dios enseñó a los escritores en relación con lo que tenían que decir, poniendo los pensamientos y las ideas en sus mentes, y guiando sus plumas a escribir. 

Cuando usted lee la Biblia está leyendo las palabras de Dios mismo. Desde el principio hasta el fin la Biblia es la Palabra de Dios y es completamente perfecta.

No perderé el tiempo tratando de probar la inspiración divina de la Biblia. La Biblia misma es su mejor testigo. Es el milagro más grande en el mundo, el cual nada puede explicar sino que es de origen divino.

Por supuesto, sabemos que los diferentes escritores de la Biblia escribieron en sus propios y distintos estilos. Isaías escribe en un estilo distinto de Jeremías y Pablo escribe con un estilo diferente de Juan. 

Pero esto es sólo semejante a un hombre tocando diferentes instrumentos musicales. Su aliento producirá diferentes sonidos dependiendo de si toca una flauta o una trompeta, pero es el mismo aliento el que produce cada sonido. 

De la misma manera es Dios mismo quien inspiró a cada uno de los escritores humanos de la Biblia, de tal manera que cada capítulo, cada versículo y cada palabra es de Dios. Si las gentes que tienen problemas y preguntas acerca de la Biblia tomaran tiempo para leerla por sí mismas, muchos problemas y objeciones desaparecerían de inmediato, y muchas de estas personas descubrirían por sí mismas a Dios en este libro. ¡Cuán importante es entonces que usted lea la Biblia!

La Biblia nos dice todo lo que necesitamos saber para ser salvos

Todo lo que usted necesita saber para ser salvo se encuentra en la Biblia. Vivimos en tiempos cuando el conocimiento humano se ha incrementado mucho. La educación se ha esparcido más que en cualquier otro tiempo en el pasado. 

Esto es bueno, pero debemos recordar que, si tenemos la mejor educación posible, pero no entendemos las verdades reveladas en la Biblia, no seremos salvos del infierno. Recuerde que una persona puede tener un conocimiento asombroso de toda clase de asuntos y sin embargo no ser salvo. 

La muerte pone fin a todos los logros humanos. Por otra parte, una persona puede ser ignorante y analfabeta y no obstante ser salvo. Si ha escuchado las grandes verdades de la Biblia con sus oídos y las ha creído con su corazón, su alma será salva. 

El conocimiento de las verdades bíblicas es mucho más importante que cualquier otro tipo de conocimiento.

La Biblia trata con los asuntos más importantes de la vida

Ningún otro libro contiene asuntos de tanta importancia como la Biblia. Es la Biblia que nos habla del plan divino de la salvación y del camino por el cual nuestros pecados pueden ser perdonados. 

Sin la Biblia, no sabríamos nada de la venida del Señor Jesús a este mundo para salvar a pecadores, nada de su muerte en nuestro lugar (el justo en lugar de los injustos), nada de la justificación gratuita de cada pecador que cree en Jesús, nada de la voluntad dispuesta del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para salvar a las peores personas.

Es la Biblia que nos habla de la vida el carácter del Señor Jesucristo, el gran mediador entre Dios y los hombres. Cuatro testigos diferentes escribieron acerca de su ministerio y sus milagros. 

Ellos nos hablan acerca de su vida y su enseñanza, su muerte y su resurrección, su poder, su amor, su bondad y su paciencia. Ellos nos hablan estas cosas tan claramente que nadie debería mal entenderlas.

La Biblia también nos habla acerca de las vidas de muchos creyentes. Muchos de los creyentes fueron semejantes a nosotros en sus problemas. La Biblia no trata de ocultar sus errores ni sus debilidades. Nos recuerda que el salvador de esas personas está dispuesto a salvarnos a nosotros. 

La Biblia también contiene muchas advertencias ilustradas de las vidas de la gente incrédula, para recordarnos que el Dios que los castigó por sus pecados nos castigará también a nosotros si nos aferramos a nuestros pecados.

La Biblia contiene también muchas promesas preciosas para animar a aquellos que aman a Dios. Nos da una comprensión profunda del carácter del hombre.

¿Aparte de la Biblia, en dónde podríamos aprender de estas cosas? ¡Cuán importante es que usted lea la Biblia!

LA LECTURA DE LA BIBLIA

La Biblia produce cambios más maravillosos que cualquier otro libro

Ningún otro libro ha producido tales efectos maravillosos como la Biblia. Este es el libro cuya enseñanza “trastornó el mundo entero” en los días de los apóstoles. (Hech. 17:6) Los apóstoles fueron unos cuantos hombres enviados a desafiar la superstición, la religión falsa y la inmoralidad del mundo. 

No tenían ningún arma para obligar a alguien a creer su mensaje. No tenían riquezas para sobornar a nadie a fin de que creyera. Pero estaban armados con este libro, y en unas pocas generaciones cambiaron completamente la condición de la sociedad.

En la época de la Reforma, este libro transformó a Europa. Hace 600 años, grandes tinieblas cubrían la Iglesia oficial. (la Iglesia Católica en la época de la Reforma.) Un gran cambio vino al cristianismo en la mayor parte del continente de Europa. Este cambio fue un gran golpe contra la Iglesia Católica, pero fue logrado solo mediante la predicación de la Biblia.

Después de la Reforma, la Biblia comenzó a ser traducida a los idiomas de los pueblos, y esto dio como resultado la transformación de muchos países. 

Cosas semejantes han sucedido en otros tiempos. ¡Cuán grande era la maldad que existía en Israel en los tiempos de los reyes! Pero esto no es sorprendente, puesto que la ley del Señor (el Antiguo Testamento) se había perdido. La habían dejado de lado en un rincón del templo, hasta que fue encontrada en los días de Josías. (2 Rey. 22:8)

La Biblia ha traído grandes bendiciones a las naciones en las cuales su mensaje ha sido recibido por la mayoría (principalmente los países llamados “protestantes”). 

Ha conducido al establecimiento de buenas leyes, normas más elevadas de moralidad, la gran bendición del día domingo como un día de adoración, al establecimiento de instituciones de caridad para los enfermos, los pobres, los ancianos y los huérfanos. 

Estas cosas casi no se encuentran en los países en donde la gente común no ha tenido la bendición de conocer la Biblia, por ejemplo, los países católicos y musulmanes.

La Biblia hace más por sus lectores que cualquier otro libro

Ningún otro libro puede hacer tanto como la Biblia lo hace por aquellos que la leen correctamente. La Biblia trata con asuntos mucho más importantes, que el mero hecho de tener éxito en esta vida. Trata con asuntos de importancia eterna. 

La Biblia le puede hacer “sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús”. (2 Timoteo 3:15) Le puede enseñar el camino al cielo. Le puede enseñar todo lo que usted necesita saber, creer y hacer para ser salvo. Le puede enseñar a conocerse a sí mismo (como un pecador). 

Le puede enseñar a Dios en toda su santidad. Y le puede enseñar al Señor Jesucristo, quien es el único que le puede reconciliar con Dios.

Es la Biblia la cual el Espíritu Santo usa para convertir a los pecadores. El Espíritu aplica la verdad a sus conciencias y por medio de ella obra un milagro moral y espiritual en sus vidas. Día tras día, en todas partes del mundo, toda clase de personas están experimentando este milagro del nuevo nacimiento realizado por el Espíritu Santo por medio de la Biblia.

La Biblia es el medio principal por el cual los creyentes crecen después de haber sido convertidos. 

El Espíritu Santo usa su propia Palabra (en la lectura privada o mientras que es predicada públicamente) para limpiarlos y santificarlos, para instruirlos en justicia y para equiparlos para toda buena obra. (Vea Sal. 119:9, Jn. 17:17; 2 Tim. 3:16–17.) La Biblia le puede enseñar como vivir su vida cotidiana en una manera que agrade a Dios. 

Le puede enseñar como soportar las pruebas y aún la persecución, y como pensar acerca de la muerte y del juicio venidero sin temor. Puede despertarle cuando usted está espiritualmente dormido. Le puede consolar cuando esté triste. 

Le puede restaurar cuando esté a punto de desviarse del camino. Le puede fortalecer cuando usted esté débil. Le puede guardar del mal cuando usted anda con otros, y le puede hablar cuando usted esté a solas. La Biblia puede hacer todas estas cosas aún por el creyente más insignificante. 

Si el Espíritu Santo vive en su corazón y usted tiene la Biblia en su mano, entonces tiene todo lo necesario para vivir la vida cristiana. 

Aún si usted estuviera preso y completamente apartado de los demás creyentes, usted tendría en su posesión la infalible guía divina para su vida.

Algunas personas se quejan de que la Biblia contiene muchas cosas difíciles de entender. Esto es perfectamente cierto, pero no es ninguna razón para dejar de leerla. La falla está en nuestro entendimiento no en la Biblia misma, y es solo a través de continuar con su lectura que la entenderemos cada vez más. 

No debemos permitir que las cosas difíciles nos desanimen cuando hay tantas cosas perfectamente claras y fáciles de entender. Las grandes verdades las cuales debemos entender para ser salvos, son claras para aquellos que tienen el deseo de conocerlas. Sería extremadamente necio ignorar lo que podemos entender simplemente debido a que existan partes difíciles.

Otras gentes se quejan de que no todos aquellos que leen la Biblia reciben los beneficios de los cuales he estado hablando. La respuesta es simple: Aquellos que no reciben ningún beneficio de la lectura de la Biblia, no la están leyendo correctamente. 

La Biblia tiene que ser leída con humildad y con oración o no podemos esperar que nos haga ningún bien. Ninguno que lee la Biblia con el espíritu humilde de un niño y con perseverancia, puede equivocarse tocante al camino que conduce al cielo. 

La Palabra de Dios es estrictamente verdad cuando declara: “Si inclinares tu corazón á la prudencia; Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros; Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios” (Proverbios 2:2–5)

La Biblia es la norma para la doctrina y los deberes cristianos

La Biblia es la única regla por la cual se pueden resolver todas las preguntas respecto a la doctrina o los deberes cristianos. Dios sabe que sus hijos necesitan una regla infalible de lo que es verdadero y correcto; y se ha dignado darnos precisamente esto en la Biblia. Por esto debemos estar muy agradecidos, especialmente cuando tomamos en cuenta que hay tanta confusión en el mundo acerca de la doctrina y práctica cristianas.

Hay mucha confusión actualmente acerca de las doctrinas cristianas. Diferentes iglesias dan distintas respuestas acerca de las preguntas más importantes de la fe cristiana.

Los católicos y los protestantes, los evangélicos y los liberales, los mormones y los testigos de Jehová y muchos otros grupos, todos dicen tener la verdad, pero lo que cada uno enseña es distinto de los demás. 

¿Cómo puede alguien encontrar la verdad en medio de tanta confusión? Hay solamente una respuesta. Dios mismo nos ha dado la norma infalible de verdad en la Biblia. Debemos aceptarla como nuestra norma.

No debemos creer nada que no esté de acuerdo con la Biblia. No importa quien diga que algo es verdad. No importa cuál sea su posición en la Iglesia, su enseñanza debe ser puesta a prueba por la Biblia. 

Un hombre puede ser un ministro o pastor, pero, sin embargo, todo lo que enseñe tiene que ser probado por la Biblia. Si es un ministro verdadero le agradará que usted haga esto, de hecho, le animará a leer la Biblia y a que compruebe por sí mismo si su enseñanza es verdadera.

 Solamente un maestro falso le pedirá que crea en base a su autoridad o la de su Iglesia. La meta de cada ministro verdadero es la de ayudarle a usted a ver por sí mismo la verdad en la Palabra de Dios.

También existe mucha confusión acerca de las prácticas cristianas. Cada creyente que realmente quiere hacer lo que es agradable a Dios, tendrá que tomar decisiones acerca de muchas cuestiones prácticas. Tendrá que enfrentarse con cuestiones relacionadas con su trabajo cotidiano. 

Probablemente habrá cosas que la mayoría hacen, las cuales no le parezcan bien. Y aparte del trabajo también habrá cuestiones acerca de cómo debe usar su tiempo libre. Muchas personas se acostumbran a muchas formas de entretenimiento, las cuales son dudosas en sentido moral y espiritual. 

También surgirán cuestiones acerca de su vida familiar y de las normas de conducta que deberían aplicarse. ¿Es correcto algo por el simple hecho de que personas llamadas cristianas lo practiquen?

Hay una sola respuesta para todas estas cuestiones, la Biblia tiene que ser nuestra única regla. Cuando somos confrontados con cuestiones acerca de las prácticas cristianas, debemos aplicar las enseñanzas de la Biblia. 

Algunas veces la Biblia tratará en forma directa con estas cuestiones y debemos aplicar la enseñanza específica que nos da. Otras veces, la Biblia no tratará directamente con algunos asuntos, entonces debemos acudir a los principios generales como nuestra guía, sin importar lo que otras personas opinen. 

Su conducta no debe ser la norma para nosotros. La Biblia es nuestra norma de conducta y a ella debemos conformar nuestras vidas.

Los verdaderos siervos de Dios siempre han amado la Biblia

Los verdaderos siervos de Dios siempre han amado la Biblia y han puesto en práctica sus enseñanzas
La Biblia es el libro que todos los siervos verdaderos de Dios han amado y obedecido. Cada criatura viviente necesita alimento. Cuando un pecador es hecho una criatura nueva en Cristo Jesús, también necesita alimento espiritual. 

Este alimento es la Palabra de Dios. Tal como el bebé recién nacido desea la leche materna, así también, cada persona verdaderamente convertida ama la Palabra de Dios. Entonces, si alguien menosprecia la lectura bíblica o piensa muy poco acerca de la predicación bíblica, yo lo considero como una evidencia cierta de que todavía no ha nacido de nuevo.

Los creyentes del Antiguo Testamento amaban la Palabra de Dios. (Vea Job 23:12 y Sal. 119:97) Los apóstoles amaban la Palabra de Dios, porque ellos fueron hombres “poderosos en las Escrituras”. 

El Señor Jesús amaba la Palabra, la leía públicamente y la citaba de continuo. La usaba como su arma en contra del diablo. Cristo dijo repetidas veces: “para que la Escritura se cumpliese”. La última cosa que El hizo cuando estuvo en la tierra fue: “Les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras.” (Lucas 24:45)

A lo largo de la historia del cristianismo, el pueblo de Dios ha amado su Palabra. Todos aquellos a los cuales Dios ha usado en la obra de su reino, la han amado. Donde quiera que el evangelio ha llegado, la gente educada y la gente inculta, han aprendido a amar la Palabra de Dios. 

Esto es algo que todos los creyentes tienen en común, aunque estén en desacuerdo respecto a asuntos secundarios. Cuando por fin todo el pueblo de Dios sea reunido en el cielo, descubrirán que todos ellos han tenido las mismas experiencias.

Todos han sido nacidos del Espíritu de Dios y han sido perdonados en la sangre de Cristo y también, todos han amado la Palabra de Dios y han hecho de ella su alimento y su deleite durante su peregrinaje en la tierra.

Déjeme preguntarle otra vez ¿Ama usted la Palabra de Dios? ¿Cuál efecto práctico tiene la Palabra de Dios en su vida?

Solamente la Biblia puede dar consuelo a un hombre moribundo.

La Biblia es el único libro que puede dar consuelo a una persona que se está muriendo. La muerte es un acontecimiento solemne que alcanzará a todos nosotros. La muerte pone fin a toda oportunidad de arrepentirse, y es la puerta al cielo o al infierno. 

Aún para el creyente la muerte es algo solemne. En la muerte el creyente está a salvo, porque pertenece a Cristo, pero aún así es algo solemne. Por naturaleza huimos de ella. 

No es fácil dejar a aquellos que amamos e introducirnos en otro mundo. Entonces, es la esencia de la sabiduría que cada uno piense con calma cómo enfrentará la muerte cuando le llegue su hora. Déjeme decirle algunas cosas acerca de ella.

Las mejores cosas de este mundo no pueden consolar a un hombre moribundo. El dinero puede comprarle la mejor atención médica, pero no puede comprarle la paz del corazón y la conciencia. Parientes y amigos tampoco podrán consolarle. Ellos pueden ayudarle a mejorar respecto a sus necesidades, pero ellos no pueden hacer nada con sus temores internos y con su conciencia atribulada. 

Libros y periódicos no pueden consolarle. Aunque haya disfrutado mucho de ellos en esta vida, en la muerte no significarán nada. Pero, hay un libro que sí es un consuelo seguro, este libro es la Biblia.

Capítulos de la Biblia, versículos de la Biblia, verdades provenientes de ella, estas son las únicas oportunidades de consuelo para un moribundo. Por supuesto, no estoy diciendo que ellas sean necesariamente algo bueno para el moribundo, si él nunca ha apreciado la Biblia antes. 

He estado con muchos en su lecho de muerte que reconocen esto. No estoy diciendo que cualquier hombre que ha descuidado la lectura de la Biblia toda su vida, puede obtener consuelo de ella en momento de su muerte. Pero estoy diciendo que, ningún hombre moribundo puede tener un consuelo real aparte de la Biblia.

Yo digo que esta verdad se aplica a toda persona sin excepción. Es aplicable a reyes tanto como a pobres. Se aplica a los que han sido mejor educados y a los iletrados. Lo digo claramente, que de todas aquellas personas que parecen vivir confortablemente sin la Biblia, ninguna de ellas morirá confortablemente sin ella. 

He visto mucha gente morir, algunos con consuelo en su muerte y otros sin él. Pero nunca he visto una cosa: jamás he visto a nadie en su lecho de muerte con un gozo real, sólido y una paz racional que provengan de otra fuente que no sea la Biblia. Este es el libro acerca del cual le estoy hablando, y ahora le pregunto por última vez

¿Qué ha hecho usted con la Biblia?

leyendo la biblia

Conclusión

Trataré de hablar claramente a las conciencias de las diferentes clases de personas que estén leyendo este libro.

Quizás usted puede leer, pero nunca ha leído la Biblia del todo.

Si ésta es su condición, no puedo decirle ninguna palabra de consuelo, porque usted está en grave peligro de perder su alma. Su descuido de la Biblia es una clara prueba de que usted no ama a Dios. 

Un hombre con un cuerpo sano tiene también un buen apetito. Igualmente un hombre con un alma sana, también tiene un buen apetito por la Palabra de Dios. Pero, evidentemente, usted sufre una terrible enfermedad espiritual ¿No se arrepentirá de su pecado de descuidar la Biblia?

Sé que no puedo alcanzar su corazón y hacerle ver y sentir estas cosas, pero le acuso por su descuido de la Biblia y apelo a su conciencia para considerar mi acusación. No espere hasta que sea demasiado tarde para arrepentirse. 

No posponga la lectura de la Biblia hasta que se esté muriendo y descubra que su lectura no significa nada para usted, en el tiempo cuando más lo necesita. 

No siga diciendo que a “Muchas personas que descuidan la Biblia les va bien”. 

Al final usted descubrirá para su propia tristeza que a esa personas les va muy mal y terminan en el infierno. Tenga cuidado de no tener que confesar algún día que, “si sólo hubiera prestado más atención a la Biblia como lo hizo con otros libros y revistas, no se encontraría sin ninguna esperanza en los momentos finales de su vida”. Le he advertido claramente: ¡Qué Dios tenga misericordia de su alma!

Quizás usted esté dispuesto a comenzar a leer la Biblia, pero necesita consejo acerca de cómo hacerlo. Trataré de ayudarle:

Empiece a leer la Biblia hoy. Las buenas intenciones no son suficientes, usted tiene que empezar a leerla. Lea la Biblia con un deseo ferviente de entenderla. La lectura sin el entendimiento no le hará ningún beneficio. Lea la Biblia con humildad y fe como un niño. Debe someterse a ella y no ponerse a juzgarla. 

Lea la Biblia con la intención de obedecerla y aplicarla a sí mismo. Tiene que afectar su forma de vivir. Lea la Biblia cada día. Le gusta comer diariamente y la Biblia es alimento para su alma.

Lea la Biblia en forma sistemática y completa. Usted no tiene derecho de leer sólo sus pasajes favoritos. Interprete la Biblia con sencillez y honestidad. 

Normalmente la interpretación más sencilla y obvia es la correcta. Lea la Biblia pensando continuamente en Cristo. Aún en la lectura del Antiguo Testamento trate de comprender como apunta hacia Cristo. 

Creo firmemente que si usted actúa en base a estos principios, que Dios no permitirá que se equivoque respecto del camino al cielo.

Quizás usted es alguien que ama y cree en al Biblia, pero no la lee mucho.

Es muy probable que usted no reciba mucho consuelo de ella en tiempos de necesidad. También es muy improbable que llegue a estar firmemente arraigado en la verdad. 

Aún más, es probable que usted cometa graves errores en su vida, en su matrimonio, con su familia, y en sus relaciones con otras personas. Y es probable también que usted sea engañado temporalmente por los maestros falsos. 

No es suficiente leer la Biblia un poco, tiene que leerla mucho. Usted debe procurar que “La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros” (Colosenses 3:16)

Quizás usted es una persona que lee la Biblia mucho, pero está tentado a dejar de hacerlo porque piensa que no le está haciendo mucho beneficio.

Déjeme decirle que esta tentación proviene del diablo. Puede ser que la Biblia le esté haciendo más beneficio del que usted se imagina. Puede ser que esté teniendo un efecto no visible sobre su carácter y le esté guardando de pecados y errores en los cuales pudiera haber caído. Si usted deja de leer la Biblia, es probable que usted descubra esto y sufra las consecuencias.

Quizás usted realmente ama la Biblia, la practica y la lee mucho.

Si así es, entonces propóngase a leerla más cada año y memorizar más de ella en su corazón. Cuando usted se esté muriendo y ya no tenga la capacidad de leerla, será algo hermoso tenerla oculta en su corazón. (Sal. 119:11) Resuélvase a ser más cuidadoso en su hábito de leer la Biblia y a honrarla cada vez más en su vida familiar. 

Propóngase a meditar más en la Biblia y a hablar más con otros creyentes acerca de ella. Finalmente, resuélvase a vivir cada vez más conforme a la Biblia. Deje que sea el toque de prueba de todo lo que usted haga, y esfuércese con la ayuda de Dios a ser gobernado por ella.

Preguntas relacionadas
  • ¿Cuál es la manera correcta de leer la Biblia?
  • ¿Cómo influye la lectura de la Biblia?
  • ¿Cuáles son los libros de la Biblia en orden?
  • ¿Cuánto tiempo se tarda en leer la Biblia?

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