¿Cómo será en realidad la vida en el Cielo?
¿Habrá libros en el cielo?
El descanso eterno de los santos, escrito por Richard Baxter, un pastor puritano, y publicado en el año 1649, es el libro más influyente sobre el Cielo que jamás se haya escrito.
Baxter se maravillaba de que no dejemos todo lo demás de lado para considerar el Cielo y asegurarnos de que vamos allí. Pero de alguna manera el Cielo no ha capturado nuestra imaginación o le ha dado forma a nuestra vida.
Sabemos que 66 libros, los que forman la Biblia, estarán en el Cielo.
“Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos” (Salmo 119:89). Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35). Podemos suponer que leeremos, estudiaremos, meditaremos y hablaremos sobre la Palabra de Dios.
¿Cuantos libros hay en el cielo?
También hay otros libros en el Cielo:
“Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros” (Apocalipsis 20:12).
¿Qué libros son ésos?
Parecen contener documentación sobre todo lo que cada persona hizo en la Tierra. Por decir lo menos, deben ser libros muy grandes.
Aunque algunas personas consideran que estos libros en el cielo son metafóricos, que representan la omnisciencia de Dios, hubiera sido fácil decirnos “el Dios omnisciente juzgó a toda la gente”. No debemos asumir que estos libros en el cielo no son libros verdaderos.
El otro libro es el Libro de la Vida, en el que están escritos los nombres de los que le pertenecen a Dios. Juan lo menciona a través del libro del Apocalipsis (Apocalipsis 3:5; 13:8; 17:8; 20:12, 15; 21:27). También se menciona en las Escrituras hebreas (Éxodo 32:32–33; Daniel 12:1). Y se hace referencia a él en literatura posterior, tal como el libro de Jubileos y los Manuscritos del Mar Muerto. El apóstol Pablo se refiere a él en Filipenses 4:3.
Otros pasajes describen un libro en el Cielo. Jesús abre un gran libro (Apocalipsis 5:1, 5) y un ángel sostiene un librito (Apocalipsis 10:2). El salmista David dijo: “Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?” (Salmo 56:8). Él pidió que sus lágrimas fuesen anotadas en el registro permanente del Cielo.
Malaquías 3:16–18 es un pasaje notable que nos dice que Dios documenta las acciones fieles de sus hijos en la Tierra: “Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre.
El día que yo actúe en ellos serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor Todopoderoso—. Tendré compasión de ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. Y ustedes volverán a distinguir entre los buenos y los malos, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven”.
Dios se siente orgulloso de sus hijos que le temen y honran su nombre, y Él promete que todos verán la diferencia entre los que le sirven a Él y los que no le sirven. Estas distinciones están preservadas en este libro en el Cielo.
El rey a menudo tenía escribas que registraban los hechos de sus súbditos para que él pudiera recordar y recompensar apropiadamente las obras de dichos súbditos (Ester 6:1–11). Aunque Dios no necesita un recordatorio, Él hace un registro permanente para que todo el universo un día recuerde su justificación para recompensar a los justos y castigar a los malvados.
No hay ningún indicio de que Dios vaya a destruir alguno o todos los libros y pergaminos que actualmente se encuentran en el Cielo. Es posible que esos registros de las obras fieles del pueblo de Dios en la Tierra sean leídas periódicamente a través de los siglos.
Los libros contienen registros históricos detallados de nuestras vidas en esta Tierra. Cada uno de nosotros forma parte de esos registros. Eventos ocultos, palabras que solo escucharon unas pocas personas serán conocidos. Dios conoce muy bien los hechos de fidelidad y amabilidad de usted que ninguna otra persona sabe. Él los está documentado en sus libros y lo va a recompensar a usted por ellos en el Cielo.
¿Cuántas veces hemos realizado pequeños actos de amabilidad en la Tierra sin darnos cuenta de los efectos? ¿Cuántas veces hemos compartido a Cristo con personas que creímos que no lo tomaron en cuenta pero quienes años más tarde llegaron a Jesús en parte debido a las semillas que nosotros plantamos? ¿Cuántas veces hemos hablado a favor de los niños no nacidos y no hemos visto resultado alguno, pero debido a ello alguien escogió no hacerse un aborto y salvó la vida de un niño? ¿Cuánta vajilla se ha lavado, cuántos pañales se han cambiado y a cuántos niños que lloraban se les ha cantado en la madrugada, cuando no hemos visto el impacto del amor que hemos demostrado? ¿Y cuántas veces no hemos visto respuesta alguna, pero a Dios le han agradado nuestros esfuerzos?
Dios nos está observando. Él no nos pierde de vista. En el Cielo, Dios nos recompensará por nuestras acciones fieles a Él, inclusive hasta cada vaso de agua fría que les hemos dado a los necesitados en su nombre (Marcos 9:41). Y Él está llevando un registro permanente en los libros del Cielo.
¿Habrá Otros Libros En El Cielo Además De Los Libros De Dios?
Yo creo que en la Nueva Tierra también leeremos libros, nuevos y viejos que han sido escritos por la gente. Debido a que tendremos intelectos muy desarrollados, mucha curiosidad y tiempo ilimitado, es posible que los libros tengan un papel mayor en nuestras vidas en el Cielo que el que tienen ahora. Me imagino que las bibliotecas de la Nueva Tierra serán fantásticas y estarán abiertas a todos.
A diferencia de las historias que leemos en la Tierra, los libros en el Cielo serán objetivos y precisos. No tendrán exageraciones ni aseveraciones inciertas, ni enfoques subjetivos para hacer que ciertas personas se vean mejor y otras peor. Podremos manejar los fracasos de nuestros antepasados, así como también ellos tendrán la perspectiva correcta en cuanto a los de nosotros.
Cada genealogía bíblica es un testimonio del interés de Dios en la historia, el legado y los acontecimientos en la Tierra. ¿Perderá Dios el interés en la Tierra? ¿Lo perderemos nosotros? No. La historia de la Nueva Tierra incluye la de la primera Tierra. Pero se desarrollará una nueva historia y será registrada, una nueva civilización, maravillosa más allá de lo que podamos imaginar. Y nosotros que conocemos al Rey, seremos parte de ella.
Los libros son parte de la cultura.
Espero que muchos libros nuevos, libros maravillosos sean escritos en la Nueva Tierra. Pero también creo que algunos libros perdurarán de la primera Tierra. Cualquier libro que contenga falsedad y que no honre a Dios no tendrá lugar en el Cielo. ¿Pero qué diremos de los grandes libros, literatura no novelesca y literatura novelesca? ¿Encontraremos el libro El conocimiento del sagrado de A. W. Tozer, Conociendo a Dios de J. I. Packer, Deseando a Dios de Juan Piper, El progreso del peregrino de Juan Bunyan, y En Sus pasos de Charles Sheldon en la Nueva Tierra? Estaré muy sorprendido si no los encontramos, como también estaré sorprendido si nadie canta el himno de John Newton “Gracia admirable” en el Cielo.
Tal vez algunos de nosotros que somos escritores tomemos algunos de nuestros trabajos publicados y los volvamos a escribir a la luz de la perspectiva que obtendremos. Tal vez miremos nuestros otros libros y nos demos cuenta de que ya no son importantes —y que algunos de ellos nunca lo fueron. Creo que la Nueva Tierra confirmará muchas de las cosas que he escrito en este libro. Y desmantelará completamente otras.
“¿Qué es lo que estaba pensando?”, me preguntaré. (Si supiera cuáles son esas partes, ahora mismo las eliminaría.) Y me maravillaré de cuánto mejor es la Nueva Tierra de lo que jamás imaginé.
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Luisa Piccarreta, también conocida como «Hijita de la Divina Voluntad» (Corato, Provincia de Bari, Italia 23 de abril de 1865 – 4 de marzo de 1947), hija de Rosa Tarantino y Vito Nicola Piccarreta. A sus 17 años, experimentó una «unión mística» con Jesús similar al éxtasis religioso experimentado por Santa Teresa de Ávila. Después de esta experiencia, quedó postrada en la cama por el resto de su vida, alegando que este fue su fiat de Jesús. Fue Terciaria Dominica
Luisa quedó en cama los siguientes 64 años hasta su muerte, sin comer lo suficiente para sobrevivir. Recibió la eucaristía en la Misa diaria que un cura hizo en su habitación. Tal bendición especial fue dada primero por el Papa León XIII y luego por el Papa San Pío X. Los seguidores de Piccarreta también creen que la alimentó directamente la Voluntad Divina, refiriéndose al Pan de Vida prometido por Jesús.
Por algún tiempo, su confesor fue Annibale Maria di Francia. Su espiritualidad se centró en la unión con la Voluntad de Dios. Luisa murió a los 82 años en 1947, y el Arzobispo de Trani abrió su Causa para la Beatificación en 1994. A finales de 2005, el proceso de investigación y documentación en la Diócesis de Trani-Barletta-Bisceglie-Nazareth fue completo. Su causa pasó a la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede, que abrió su examen el 7 de marzo de 2006. Piccarreta fue inscrita como «Siervo de Dios«. La Congregación para las Causas de los Santos nombró a Mons. Paolo Rizzi postulador de la Causa de canonización de Piccarreta.
El arzobispo de Trani reiteró, en una carta de noviembre de 2012, su aprobación a que existan grupos formados para estudiar los escritos de Luisa. También reafirmó su moratoria sobre la publicación actual para uso público, impresa y en línea, de la mayoría de los escritos de Piccarreta. presentándolo como su deseo de presentar, a futuro, un «típico» y edición crítica de sus escritos, por la cual la Arquidiócesis de Trani posee todos los derechos de publicación. En tal carta, el Arzobispo critica «traducciones pobres o exageradas de sus escritos», pero afirma que tanto él como la Iglesia descubrieron que sus escritos en sí mismos son libres de error doctrinal.
Se cree que Luisa sufrió los dolores de la Pasión de Cristo, en reparación de los pecados del mundo y para invocar la misericordia de Dios sobre la tierra. Se cree que recibió instrucción de la Voluntad Divina y un grado especial de gracia conocido como Vivir del Querer de Dios mismo, es una sola Voluntad con Dios y es lo que la hace tan grande.
Durante este tiempo, Piccarreta produjo 36 volúmenes de escritura, que según sus seguidores fueron dictados por Jesús y recopilados en El Libro del Cielo.